Mes de la Patria: entre pareceres contradictorios de un discurso temerario para los profesionales panameños.

Fecha: 2021-11-05
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Mes de la Patria: entre pareceres contradictorios de un discurso temerario para los profesionales panameños.

 

Por: Enrique Avilés

La semana pasada el programa Mesa de Periodistas abordó en su entrega la inquietud de algunos sectores respecto a la Ley 638 que regula la profesión de Historia, teniendo como invitada a la Dra. Marixa Lasso, directora del Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales, Asociación de Interés Público, cuya presidencia y representación legal la ostenta el Ministerio de Cultura de Panamá. En sus explicaciones  respecto a la Ley la Dra. Lasso no logró fundamentar argumentos de consideración que probaran lo innecesario de la misma, mostrando contradicciones en sus palabras y pretendiendo disimular un discurso temerario, no solo para el gremio de Historiadores, sino para el resto de las profesiones que en Panamá han obtenido una idoneidad y que son mas de cien a la actualidad. 

 

Comienza Lasso diciendo su oposición a la Ley, pues la misma “no asegura que sean los más capaces los más estudiados en la carrera de historia los que sean idóneos sino los que cumplen con una serie de requisitos burocráticos ese es el problema más grande”, mientras que al mismo tiempo se contradice diciendo que “lejos de fomentar el conocimiento déjame ser muy específica la Ley dice que para ser un historiador idóneo tienen que tener un diploma en historia eso no me parece mal”. Al paso queda  entendido que la capacidad de quien vaya a ser idóneo no esta fundamentada en requisitos burocráticos, sino en aptitudes académicas certificadas, o sea títulos universitarios, pues no es cuestión  que la idoneidad este al parecer personal de a quién consideró capaz o más estudiado, el requisito sine qua nom para la obtención de una idoneidad entre las profesiones que la contemplan en nuestro país es el diploma universitario y a eso no se le puede superponer el parecer contrario de cualquier persona. 

Continua el argumento prácticamente descalificando a la Ley no por el contenido de esta, sino porque tiene que ser convalidada por la Universidad de Panamá…tú regresas a Panamá y entonces el sistema de convalidación es tan terrible…te demora, no te la dan, te demoras años y eso una pérdida para el país de recurso humano y estamos hablando solo de los panameños”  Lo de la convalidación como argumento para oponerse a una ley de idoneidad resulta un subterfugio inadmisible, pues todas las profesiones con idoneidad en este país tienen como parte integral de su certificación de capacidad pasar por procesos de convalidación y homologación establecidos constitucionalmente. La contradicción de Lasso no solo pone en duda a la primera casa de estudio del país, sino a la constitución y a otras profesiones que tienen este procedimiento básico para obtener su idoneidad. Quizás su idea es que las convalidaciones profesionales las lleven a cabo universidades de otros países, de ser así sería muy penoso ese pensar para los historiadores y el resto de los profesionales idóneos de la nación. 

 

Lo cierto es que después de andarnos por las ramas caemos en el meollo de su contradicción real al decir sobre la idoneidad   Yo creo que debe existir en todas partes, pero yo en estos momentos pararía, yo pararía estas leyes de idoneidad, sobre todo en las ciencias sociales,  no se va a caer ningún puente y el efecto real de estas leyes no garantizan lo que debe garantizar una Ley de idoneidad”  Lasso no sólo se opone a una idoneidad para los historiadores, sino para todas las que sean propuestas por otros profesionales, lo que no nos hace dudar que también se oponga a las ya existentes. Lo deja claro  al decir de plano cuales son sus convicciones personales y pareceres “Mira yo creo y esa mi posición personal de Marixa Lasso si tú tienes un permiso de trabajo que el estado panameño te dió y es un residente legal de Panamá, no es ético que no puedas ejercer la profesión para la cual te entrenaste” Es este el interés liberalizante en Lasso y el sector de Red de Museos y adherentes para oponerse no sólo a la idoneidad en historia, sino en cualquier profesión que pretenda idoneidad. Sin mencionar que queda implícito que las profesiones que gocen de idoneidad tampoco serian de su agrado, gracias a su pensar y el pensar de este sector. Temeraria afirmación la que lanza Lasso y la Red de Museos a todos los profesionales de Panamá. La misma solo puede compararse con las de la profesora Yadira Pino, coordinadora de la Federación de Trabajadores de la Educación, quien abiertamente opina hoy sobre la ley 638 considerándola innecesaria y que la profesión de historia no requiere idoneidad, mientras que responde a esta pregunta hecha por el Diario La Estrella de Panamá: En Panamá existen muchas profesiones y actividades que solo pueden ser ejercidas por panameños y existe el debate que se deben liberar ¿Cuál es su análisis de esta realidad?

“La exclusividad de profesiones para panameños debió ser eliminada hace mucho tiempo de nuestra Constitución política”. Discurso directo y acompañado siempre de la etiqueta del que no se adhiera al mismo: “El tiempo ha demostrado que el conocimiento es libre y si seguimos limitando el conocimiento no nos permitirá una verdadera democracia. En este debate no nos podemos cerrar a la exclusividad y discriminación”

 

Para este grupo la bandera de universalidad y liberalización profesional va más allá de la Ley de Historia, la supera y toma dimensiones abrumadoras para con todos los sectores profesionales del país. Su lema tal como ya plantean es que si su parecer no te agrada serás etiquetado rápidamente de xenofóbico y discriminativo. La pregunta que deben hacerse los historiadores y el resto de los gremios profesionales es si por la aspiración de reconocimiento laboral para fortalecer la identidad nacional en museos, archivos, centros documentales, centros de investigación y proyectos culturales nacionales y municipales, cosa que aspira la ley al querer que se integre la profesión al manual de cargos del Estado, se convierten los historiadores panameños en xenofóbicos o discriminativos. Es mi parecer que no, e igualmente no lo son todos los profesionales que forman parte de una profesión con idoneidad.  

 

El autor es profesor de Historia de la Universidad de Panamá.

 

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