VERDADES DE PEROGRULLO:  DESEMPLEO, TRATO INHUMANO Y DISCRIMINACIÓN SOCIAL. 

Fecha: 2021-10-27
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VERDADES DE PEROGRULLO: 

DESEMPLEO, TRATO INHUMANO 

Y DISCRIMINACIÓN SOCIAL. 

 

Por: Silvio Guerra morales. 

    La semana pasada escribí sobre lo concerniente al mal llamado “Estado de Emergencia” que mediante Resolución de Gabinete Nº 11 de 13 de marzo de 2020 adoptó el Gobierno Nacional tras  la aparición del covid/19 y que la Corte acaba de sentenciar que no es inconstitucional.  Coetáneo con el artículo que publiqué, en el que, básicamente, sostenía que el Gobierno había excedido su propio marco regulatorio en cuanto a la sumas de dinero utilizadas pretextando con ello combatir el virus del Covid-19, a como también el propio término de los seis (6)  meses que se había establecido en la Resolución que  prescribió  el Estado de Emergencia,  el  Diputado Carles,  por el Partido Panameñista, hizo similares declaraciones encaminadas a advertir que este estado de emergencia era un obstáculo para la reactivación de la economía y que afectaba,  no tan solo al pequeño, mediano y grande empresario, si no a la población en general.  Adicionaba, en ese sentido, que se ahuyentaba al inversionista extranjero dado que, en el plano internacional, seguíamos siendo vistos como un país que se encontraba en “Estado de Emergencia” y esa palabrita, “emergencia”, asusta y ahuyenta muchos a los que invierten en las naciones.  

    Para el día martes de esta semana,  el Ministro Sucre salió a decir, en lo que toca al estado de emergencia, que le veía poco tiempo de vida  y que sería cuestión de tal vez dos (2)  meses más de vida,  cuando mucho, para levantar esta declaratoria.  Con lo cual, de levantarse dicho estado, en el mes de diciembre, quedará claro que esta “emergencia” por poco llegó a los dos (2)  años de vida.  Insólito, sí, pero muy cierto!. 

    Ahora bien,  llama poderosamente la atención que los organismos y las instituciones encargadas de fiscalizar y velar el gasto público de nuestro país, nadie haya dicho nada, ni siquiera: “Esta boca es mía”. Lo cual raya con la complicidad silenciosa y permisiva. 

    Bien, la pregunta del millón sería la siguiente: ¿Se justificó el estado de emergencia adoptado por el Gobierno Nacional?.  Mi respuesta es negativa. El problema aquí es que se centralizó el uso indiscriminado e ilegal de los dineros de las arcas del Estado, con exclusión de ministros y entidades autónomas y semiautónomas, pero todas en complicidad silenciosa, sin ningún tipo de control o de regulación, y bien pudiendo funcionar el Estado y el Gobierno sin tal declaratoria, y por ello hemos tenido,  quiérase o no, un autoritarismo que raya, del mismo modo, con censurables actos de corrupción gubernamental. 

    Insisto, a  más de año y medio de vigencia de este sui generis estado de emergencia, vale la pena que nos interroguemos y analicemos si tal estado de emergencia tuvo o tiene justificación alguna?.  ¿Cómo justificarlo frente a los índices de contagio que han disminuido, notablemente, y no por obra de vacunas, sino por eso que llaman inmunidad de rebaño?.  ¿Cómo se justifica un estado de  emergencia, cuando la emergencia no es tal ni nunca lo fue, para seguir haciendo y deshaciendo con el erario público y los dineros del pueblo panameño lo que antojadizamente venga en ganas?. 

    Reiteramos:  Si  cuando se crea el Estado de Emergencia se hace porque, supuestamente,  se dieron a conocer  algunos casos de contagio por el Covid/19,  y habiendo la población pasado por lo peor: largos meses de encierro, suspensión de contratos de trabajo y desempleo por doquier, violación de derechos fundamentales, violación de las garantías y libertades constitucionales, mismas que  están prescritas en pactos y convenios internacionales y, como colofón, hemos tenido también una judicialidad  que ha venido avalando los actos autoritarios del Gobierno y calificándolos de constitucionales, perdiendo, al final de cuentas,  el  Estado de Derecho todo sentido de respeto a la  dignidad humana.  En consecuencia, mal podemos  tratar,  en lo mínimo,  de comprender o justificar acciones por parte del actual gobierno que pisotearon nuestro catálogo de Derechos Fundamentales, nuestras libertades ciudadanas, nuestros derechos humanos.

    Lo último que ha venido aconteciendo: El Gobierno Nacional, por cuenta propia, se ha quedado en el discurso desfasado del “vacúnate” y el “quédate en casa”, o cuando no del “Aforo 100%”, lo cual es un gran espejismo y engaño, y todos estos  “slogan”  aun merodean en la mente de algunos que ejercen autoridad en este país y hasta les parece tentador el retomarlos, y más ahora que los sectores obreros, sindicatos y gremios salen del confort de la paciencia, y se están manifestando en las calles,  protestando  enérgicamente, exigiendo reivindicaciones justas y oportunas, pues la ola que se avecina, no la del covid, sino la del desempleo a tutiplén, se cierne sobre todos los que habitamos este suelo de Amelia Denis De Icaza y tantos ilustres patricios. El encierro, lejos de ser sanitario, se ha convertido en una óptima opción de tener a todo el mundo quieto y calladito.  

Insisto, las autoridades se han ufanado tanto, al extremo de la jactancia, señalando, hasta el cansancio, de los supuestos efectos positivos de las inoculaciones, y niegan toda crítica encaminada a advertir daños colaterales y hasta pérdida de la vida de no pocos. A los mismos médicos que han orientado a la población, ahora los tienen en el banquillo de los acusados ante el gremio de los seguidores de Hipócrates y Galeno. 

    Y qué decir de la exigencia ilegal, por demás que  discriminatoria,  del Código QR y la apertura de evento feriales, en donde solamente habrá aforo del 100% vacunado, lo cual viene a pisotear nuevamente las garantías ciudadanas, pero ante ello el Gobierno Nacional parece no darse cuenta que este tipo de medidas lo que hace es más retrógrada toda política de reactivación económica, laboral, social, etc., y echa para atrás, como el cangrejo, toda pretendida reactivación económica. Sin excluir el divorcio inminente, que de hecho ya existe, entre la sociedad y el gobierno, pues el distanciamiento total es manifiesto.  

    Prueba de ello es que, cuando anunciaron mediante el Decreto No. 852 el aforo del 100% en establecimientos comerciales y luego quisieron insinuar, pues lo hizo  un alto  funcionario de alta jerarquía del MINSA, que también se aplicaría a los hogares, a las  familias, resulta ser que el famoso aforo del 100% casi nadie lo acogió ni adoptó, pues no  he visto un solo comercio que diga aforo 100%. Todas estas medidas, a mi juicio, son impensadas, están fuera de toda  razonabilidad, amén de que pisotean los derechos humanos.  El propio Gobierno Nacional, que ha hecho llamados a la unidad nacional, es  quien ha creado las dos /2)  castas o categorías de panameños: los vacunados y los no vacunados.   Esto lo dije y lo anuncié, casi de modo profético, hará cuestión de hace dos meses atrás. Y es lo que hoy día estamos viviendo, tristemente. 

    Sigue el atropello, al chantaje y el vilipendio  a la dignidad de los ciudadanos. Ciudadanos que han sido amenazados que sino se vacunan perderán sus trabajos, policías que son amenazados de darlos de baja sino proceden a vacunarse, supermercados que amenazan a sus trabajadores a vacunarse sino “caput”,  no podrán trabajar en los mismos. Estudiantes en universidades que son amenazados de no graduarse o no entrar a la universidad si no presentan su tarjeta de vacunación completa.  El colmo, ahora el gobierno decide quién  se recrea en un partido de fútbol y quién no, quién asiste a un evento ferial y quién  no podrá hacerlo.  

    El Ministerio de Salud abusa del Derecho y abusa de sus funciones.  Se extralimita.  Ha venido, de modo reiterado, recurriendo a prácticas ilegales e inconstitucionales.   Para otra muestra, otro botón: Mediante u comunicado exhortan a los padres de familia a llevar  a sus niños a vacunarse y completar el programa de vacunación completa.   Cometieron un error. Decir que la vacuna era segura.  Con ello se hacen  responsables  de todo daño y afectación en la salud de los niños cuyos padres decidieron someterse a este experimento fatídico.  Lloverán las demandas de indemnización de daños y perjuicios.  

    Y, qué decir de la recreación de los panameños     que ha sido  guillotinada,  por arte de birlí birloque,  por quienes se sienten nuestros papases y mamases bajo el argumento de que cuidan nuestra salud.  Vaya mentira que Thomas Hobbes y su Leviatán han sembrado, casi enraizado,  en la mente de muchos.  En verdad que el absolutismo solo encuentra  cobijo en las mentes ingenuas.  Renunciando a la defensa de tus derechos, renuncias a toda dignidad. El debate está planteado. 

    Como bien lo preconiza mi amigo RENE QUEVEDO, analista de mucho fuste en la materia de economía y las cuestiones propias del trabajo y el desempleo, ahora resulta que  lo que nos agravia  a todos no es el Covid/19, sino la conmoción social del desempleo. ¡Dios bendiga a la Patria!

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