Sobre Regulación de la profesión de historia: desinformación o arrullos de sirenas.

Fecha: 2021-10-25
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Sobre Regulación de la profesión de historia: desinformación o arrullos de sirenas.

Por: Enrique Alejandro Avilés Torres.

 

Al parecer ha causado aparente inquietud la probación la semana pasada en primer debate de la Ley 638 que regula la profesión de Historia en nuestro país, por lo que la Red de Museos, organismo no gubernamental, cuya dirección está a cargo de Amanda Destro, ha solicitado que la misma sea devuelta a primer debate para su discusión. Todo indicaba, según la nota enviada a el Honorable Diputado Presidente. Crispiano  Adames, y ante la Comisión encargada del debate de esta Ley, Propuesta por el Honorable Diputado Víctor Castillo, que es necesario revisitar temáticas referentes a la idoneidad y participación de los historiadores en museos de Historia Nacional.

Luego de ver el documento enviado por la Sra. Destro a la Asamblea Nacional, documento que se adjunta a este escrito para que sea del conocimiento público, quedan muchas dudas sobre las razones de su inquietud y de quienes se adhieren a su solicitud. Parte la nota diciendo que la propuesta no ha sido plenamente consultada a todos los actores, cuando nos consta que si bien no todos han sido consultados obedece a que museos de arte, ciencias naturales, biográficos de tipo familiar, paleontológicos o incluso de criminalística no se vinculan en lo más mínimo a la ley. De hecho, este es el caso del museo que preside la Sra Destro, que es un Museo de Botones, muy distante de alguna temática de historia nacional, aunque innegablemente, original, interesante y universalista. 

 

Continua el documento plateando que “la historia es una disciplina humana y 

universal y que limitar su profesión es el cierre de posibilidades de conocimiento, creación e investigación… esta profesión holística no puede estar vedada a una nacionalidad… que negarle a un residente con permiso de trabajo que ejerza su profesión solo porque no está nacionalizado va en contra de los Derechos Humanos y Laborales fundamentales e impide colaborar y contratar especialistas de otras partes del mundo”. Nos queda muy claro que la Historia es una disciplina tan universal como lo son la abogacía y la medicina en cualquier parte del mundo; sin embargo, no entendemos cómo se lanza esta dura sentencia de que el contenido de la ley imposibilita la colaboración, creación e investigación, cuando la misma Ley en su Art. 9 establece que “…no incluye el ejercicio de la enseñanza de la Historia a nivel escolar básico, pre media o media y a nivel universitario. En la regulación de la enseñanza a nivel escolar y universitario de la Historia se regirá por las disposiciones del Ministerio de Educación, de la Universidad de Panamá y las demás universidades públicas o privadas que impartan la carrera de Historia”.  La Ley establece que “No se exigirá para la enseñanza de la historia la idoneidad”. El mismo artículo establece que “esta ley no puede ser entendida como limitante del libre desarrollo de estudios, investigaciones, fomento y publicación de asociaciones de interés público enfocadas en las temáticas de Historia Nacional o Universal en nuestro país”. Como si fuera poco continúa aclarando que “Tampoco puede ser entendida como limitante en el mismo sentido para todo aquel que no siendo profesional de la historia quiera estudiar, investigar y publicar temáticas históricas tanto nacionales como universales”.  Por lo anterior no sabemos a que documento se refiere la Sra. Destro, para semejante planteamiento, sobre todo cuando la ley fue leída en primer debate, donde fueron invitados y estuvieron presentes adherentes de la nota presentada por ella. Si la preocupación respecto a la idoneidad que muestra la Sra. Destro y sus adherentes es por darle trabajo a extranjeros residentes y con permiso de trabajo, nos resta decir que bienvenido sean siempre y cuando cumplan con el requisito de nacionalidad que establece la ley para ejercer el cargo de historiador en el engranaje administrativo del Estado,  para ello la ley les da la facilidad  de naturalizarse y así aportar todo su caudal como historiadores al desarrollo de esa nueva identidad patria que orgullosamente han adquirido.  De más esta decir que esto ocurre con muchas idoneidades profesionales en Panamá y no por eso se piensa que se violan los derechos humanos y laborales, pues las contempla la Constitución de la República.    

 

Continua la nota diciendo que “la Ley castiga a panameños que han optado por formarse fuera de Panamá e incluso obteniendo becas de públicas y privadas como SENACYT, y desalienta a las futuras generaciones de historiadores” Y nos volvemos a preguntar a qué documento medieval asiste la Sra. Destro y sus adherentes, cuando el Art. 7 establece claramente que pueden solicitar la idoneidad los nacionales que posean “título profesional en grado de licenciatura, maestría o doctorado en Historia expedido por la Universidad de Panamá, o por otra institución universitaria nacional, cuyos títulos se encuentren reconocidos por la Universidad de Panamá o en un establecimiento de educación superior extranjero, que se encuentre debidamente homologado y reconocido por la Universidad de Panamá”, algo muy común a todas la idoneidades de las profesiones panameñas. 

 

En otro aspecto la nota expresa no estar clara en lo que constituye para la ley un museo de historia nacional para que la misma solicite la contratación de un historiador idóneo, lo que nos extraña sobremanera, mientras que añade que para esta moción no se ha tomado en cuenta los presupuestos, la visión y programación de estos. En referencia a esto la ley postula enriquecer la visual de todos los museos de historia nacional, agregando un historiador que coadyuve al fortalecimiento de sus contenidos mediante investigaciones de toda índole referentes a nuestra rica historia patria. No lo dice la nota, pero como antes la misma habló de que los historiadores residentes con permiso laboral pudiesen ejercer su profesión, no nos extraña que por parte de la Sra Destro y sus adherentes, también se incluya a estos residentes para ejercer como investigadores en museos de historia nacional y preparar los contenidos expositivos de nuestra identidad nacional, la semántica nos lleva a deducir. 

 

Confiamos en que los arrullos de sirenas no sean escuchados por los diputados a quienes en este momento les toca exaltar la labor de aquellos que con su profesión de historiador han inculcado en generaciones ese sentido de pertenencia a este terruño, a su gente y a su sentir de panameñidad.  

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El Autor es docente de historia de la Universidad de Panamá, antiguo historiador investigador del Museo del Canal, director fundador del Archivo Histórico-Diplomático de la República. Actualmente investigador del Instituto de Historia de la Universidad de Panamá.

 

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