En medio de un clima de incertidumbre y cambio dentro del
Partido Panameñista, dos de sus figuras prominentes,
Jaime Alemán y
José Luis Varela, han expresado públicamente sus puntos de vista sobre la necesidad de renovación y las estrategias para el futuro del colectivo.
Jaime Alemán, dirigente del partido, ha sido enfático sobre la importancia de renovar la directiva a través de una recolección de firmas de convencionales.
“Hemos estado firmando en diversas partes de la República”, afirmó, añadiendo que no considera prudente que el actual presidente del partido,
José Isabel Blandón, realice giras cuestionando a los miembros por no haber votado por la fórmula presidencial.
“Debe comprender que se llegó su momento”, subrayó Alemán, quien también hizo un llamado a convocar una convención extraordinaria, ya que Blandón no parece dispuesto a dar un paso al costado.
Por otro lado, el diputado electo José Luis Varela compartió sus reflexiones sobre su trayectoria y el futuro del partido. “Hace 5 años me reemplazó una figura extremadamente joven, de las más jóvenes de la Asamblea. Sin embargo, no hizo su trabajo en su comunidad”, comentó, enfatizando su conocimiento y experiencia en la Asamblea Nacional. “Conozco el monstruo por dentro, sé cómo hacerlo”, añadió.
Varela también expresó su arrepentimiento por haber facilitado la aprobación de la controversial "Ley Chorizo" de manera apresurada. “Me presté a que la 'Ley Chorizo' fuera aprobada de una manera más rápida de la cuenta... Me arrepiento de haberlo hecho”, confesó.
Sobre la posibilidad de alianzas y apoyos futuros, Varela indicó que el Partido Panameñista podría considerar respaldar una candidatura de la
Coalición Vamos para la presidencia de la
Asamblea Nacional el 1 de julio.
“Sin embargo, estamos conversando, evaluando”, matizó, reconociendo la necesidad de un trabajo monumental para recuperar la fuerza del partido.
“Estamos heridos de muerte y tenemos que hacer un trabajo monumental”, afirmó.
En una reflexión final, Varela defendió la práctica política del “matraqueo”, sugiriendo que “el matraqueo no es malo” y que puede ser una herramienta útil en la negociación y construcción de consensos dentro del partido y la Asamblea.
