Por Julia Elena Alvear P.       25  de diciembre  de 2019.

San Joaquín,   Pedregal  es uno de los barrios  considerado como de alto riesgo social y peligroso.

Allí  se libran muchas batallas que hablan de muerte, violencia y  pobreza. Donde madres entierran prematuramente a sus hijos.

Pero mientras esto sucede,  también en San Joaquín,  hay una batalla contra el mal que se libra  con prevención, amor  y tiempo.   Es la  batalla  donde sus generales y comandantes son  gente  a los que les importa los demás, quienes decidieron no ser indiferentes o contemplativos y pasaron  a la  acción.    No quieren más niños  como los soldados del crimen  en este país.

Esta es la nota que nos reservamos para este día de navidad,  donde la acción del Pastor Lucas Perea lleva tres años  luchando para darle a más de cien niños  la oportunidad de mantenerse a salvo de las pandillas, las drogas y las armas.  Perea  organiza durante todo el año con las uñas y la solidaridad de pocos, una liga de fútbol donde velan no solo por mantenerlos ocupados sino dan apoyo para que no se salgan de la escuela y perseveren.

“En este 2019 todos fueron promovidos de grado, ninguno fracaso ¡ gracias a Dios !”, nos cuenta el Pastor Lucas, quien se conmueve al decirlo porque sabe que un niño con educación y apoyado adecuadamente, no será un número de las estadísticas de fallecidos o de la población penitenciaria  en este país.

Los niños son la navidad. San Joaquín es un barrio de riesgo social, pero con una niñez excepcional  no duda  en afirmar  este hombre que se preocupa por salvar la semilla de cualquier nación:  los niños.

Este año cosechamos lo que hemos sembrado en tres años, cero fracaso escolar es el mejor regalo que me dieron los integrantes de la escuelita de fútbol La alegría.

Todos los que participan en este proyecto  decidieron hacerles  una fiestecita navideña, por  la meta escolar lograda por los niños.

Perea sabe que es con educación, la única manera de derribar   la SEXTA FRONTERA  que es el hambre, la enfermedad, la desigualdad y la pobreza.  Se crea autoestima y se empodera al niño a construir su propia y frágil vida  en un ambiente adverso.

En San Joaquín, hay una nueva semilla,  la que quiere brotar con ramas fuertes, no manchadas de sangre, ni con olor a pólvora ni drogas, ni esas donde te velan en un ataúd y tu madre llora.

Estos son nuestros panameñitos del barrio,  del barrio de San Joaquín  donde hay muchos sueños que se construyen detrás de un balón de fútbol.  Los sueños apoyados  por adultos con un corazón generoso, que velaron por que hicieran sus tareas,   y esa  acción  generó los mejores presentes  para estos niños y niñas:  crecer a salvo,  rodeados de amor y con educación.

A San Joaquín  llegó  un pastor….   El pastor  Lucas Perea.  FELIZ NAVIDAD A TODOS LOS NIÑOS DE SAN JOAQUÍN.

MENSAJE DE LOS NIÑOS DE SAN JOAQUÍN.